martes, 26 de agosto de 2014

CEROCA






El último año escolar es un momento de tensiones en la vida de todos nosotros los adolescentes. Este fenómeno que no está marcado por rendir o no la Prueba de Selección Universitaria, ya que en las sociedades donde entrar a la universidad no depende de una prueba se perciben de la misma manera, tienen más relación con el duelo que los estudiantes deben hacer del rol y el espacio que la escuela ocupa en sus vidas.
Catorce años de colegio marcan la vida de cualquier ser humano. Experiencias positivas o negativas no pasan en vano, sino que se convierten en el principal eje de la vida en estos años. Como cientos de autores educacionales han dicho, es la escuela el principal espacio de socialización de los adolescentes.
Cruzando las puertas que dividen el colegio del exterior, se cruzan umbrales sociales importantes. En ese lugar el chic@ se despoja de su rol de hijo para asumir el de estudiante, pero fundamentalmente el de amigo, el rol de par. Esa paridad con la que se crean las primeras amistades de la vida, genera calma y contención. Es en la escuela donde los adolescentes establecen sus redes y conforman sus primeras aproximaciones a la vida adulta.
                        


 

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